Todo mi
empeño en las colaboraciones pedidas para las diversas revistas que
ven la luz cada Semana Santa, de una forma periódica y anual, ha
sido el llevar a sus lectores, en su inmensa mayoría Cofrades y/o
amantes de nuestra Semana Mayor, el conocimiento y el contenido de
los documentos últimos y más significativos del Papa, de los
Obispos y de cualquier otra Autoridad eclesiástica que nos informan
y nos forman para un mejor conocimiento y práctica de nuestras
obligaciones de Cofrades en las muchas Hermandades que la Semana
Santa aglutina en torno a la figuras de JESÚS y MARÍA, verdaderos
focos que irradian la LUZ de esta Semana Mayor para la Cristiandad y
para el Mundo en general.
Y hago
referencia en primer lugar a un documento-noticia que llegó a mis
manos en fechas pasadas, concretamente el 4 de marzo, reseñando la
visita y audiencia del Papa Francisco – qué decir de Él que no
cause un verdadero impacto- a los Prelados de la Conferencia
Episcopal Española al final de su visita “ad limina” y en la que
les ha entregado un discurso que, entre otras cosas, elogia su
propósito de “servir fielmente al Pueblo de Dios que peregrina en
España, donde arraigó muy pronto la Palabra de Dios, que ha dado
frutos de CONCORDIA, CULTURA Y SANTIDAD”; un hecho que resaltará
la celebración del ya cercano Vº Centenario del nacimiento de Santa
Teresa de Jesús, primera mujer Doctora de la Iglesia, por su
santidad y escritos.
En la Iglesia, y
viene al caso este comentario que hago, también se ensalza y se
encumbra a la MUJER, a pesar de que muchos opinen y digan lo
contrario; es verdad que queda mucho camino por recorrer en estas
reivindicaciones para las mujeres; pero la Iglesia no se queda atrás
en este camino; yo diría más, que precede a muchos.
Y como el
discurso aludido del Papa a nuestros Obispos no tiene desperdicio y
es saludable conocerlo, sigo entresacando algunos de sus párrafos,
que me han impactado, como estos que a continuación voy a
transcribir:
“Ahora que
estáis sufriendo (refiriéndose no sólo a los Obispos, sino a todos
los creyentes comprometidos) la dura experiencia de la indiferencia
de muchos bautizados y tenéis que hacer frente a una cultura
mundana, que arrincona a Dios en la vida privada y lo excluye del
ámbito público, conviene no olvidar vuestra historia… Fiémonos
siempre de ÉL y de lo mucho que siembra en los corazones de quienes
están encomendados a nuestros cuidados pastorales”.
“A los
Obispos -prosigue el Papa-…No les será difícil encontrar caminos,
si vamos tras las huellas del Señor, que “no ha venido para que le
sirvan, sino para servir” que supo respetar con humildad los
tiempos de Dios y, con paciencia, el proceso de maduración de cada
persona, sin miedo a dar el primer paso para ir a su encuentro. ÉL
nos enseña a escuchar a todos de corazón a corazón, con ternura y
misericordia, y a buscar lo que verdaderamente une y sirve a la mutua
edificación”.
En otro
párrafo del discurso el Papa dice que “es importante que el Obispo
no se sienta solo, ni crea estar solo, que sea consciente de que
también la grey que le ha sido encomendada (entre la que estamos los
Cofrades y los Seglares) tiene olfato para las cosas de Dios”. El
amor y servicio a los pobres –subraya el Papa- es signo del Reino
de Dios que Jesús vino a traer. Sé bien que, en estos últimos
años, precisamente vuestra CARITAS y otras obras benéficas de la
Iglesia, (en las que muchas Cofradías, diría yo que todas las de
Úbeda, están implicadas) han merecido gran reconocimiento de
creyentes y no creyentes”.
Y concluyo
con el último párrafo del Papa en el que exhorta a los Obispos a
ponerse “al frente de la renovación espiritual y misionera” de
sus Iglesias particulares como “hermanos y pastores” de sus
fieles y también de los que no lo son o lo han olvidado.
Cada vez que
leo un documento de este Papa que Dios nos ha regalado para los
tiempos actuales, me identifico más con él y me congratulo de sus
mensajes tan evangélicos y apropiados para los tiempos que vivimos.
Fernando
Gámez de la Blanca: Coordinador Inspectorial HDB. Úbeda y Abril
de 2014.-
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