sábado, 29 de diciembre de 2012



Queridos amigos y amigas de HDB:

Tras nuestra felicitación navideña, un nuevo y urgente recordatorio para que celebremos cristiana y familiarmente la FIESTA de la SAGRADA FAMILIA, el próximo domingo día 30 de diciembre, ya finalizando el presente año 2012.

No tenemos que ponderaros la importancia fundamental y clave de la Familia y mucho más de la Familia Cristiana en la Sociedad de hoy y de siempre; pero hoy más que nunca por los tiempos tan difíciles y críticos por los que atravesamos. Pues a pesar de todo, los hijos e hijas, los seguidores y admiradores de D. Bosco somos y tenemos que seguir siendo optimistas, esperanzados y llenos de fe y confianza en esta Institución Familiar, que será la salvación de la sociedad y del mundo futuro.
¡Defendamos, apoyemos, reevindiquemos a nuestras familias, de la manera que cada uno sepa y pueda!
Los Hogares D. Bosco tenemos que estar ahí, en la brecha y en primera línea, donde se organice cualquier evento referido a la Familia.

Que cada Grupo y cada Localidad celebre y testimonie su amor y su defensa a la Familia como mejor sepa y pueda: bien a nivel salesiano en cada Casa, bien a nivel local, parroquial, arciprestal, diocesano o nacional.
Ya sabéis todo lo que hay organizado en los distintos niveles, para proclamar que la Familia y en la Familia está la salvación y la esperanza del mundo actual y más aún en la Familia Cristiana.

Os deseamos lo mejor y que desde el ámbito o nivel que elijáis, celebréis esta festividad estando presentes como HDB en los actos de este día.

Un abrazo y a participar gozosamente en el día de la Sagrada Familia.

Encarnita y Fernando: Matrimonio Coordinador Inspectorial de HDB.-








         Lectio  divina             Fuente: DABAR
Sagrada Familia. Ciclo “C”   30 de Diciembre de 2012
                       Ecl 3, 2-6. 12-14; Sal. 127, 1-5; Col 3, 12-21; Lc 2, 42-52

1.      Oración inicial:
¡Cómo no dirigirte, Señor, nuestra oración, por las familias que sufren tanto en estos momentos por sus hijos que, en la falta de trabajo no pueden desarrollar todas las capacidades acumuladas en su formación, ante la perspectiva de un futuro profesional tan frustrante pierden sus ilusiones  y se refugian en un ocio que, con frecuencia, expresa su frustración y su rabia con formas de violencia o de evasión. Nos gustaría que pudieran encontrarse contigo para descubrir la profundidad de tu amor, la importancia vital de tu esperanza y la fuerza de caminar contando contigo al lado!
2. Lectura comprensiva: LUCAS  2, 42-50
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados». El les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. El bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

3. Comentario bíblico:
a. Aclaraciones al texto
Vs.41. Las fiestas de Pascua. Período de ocho días: comprendía la fiesta de Pascua propiamente dicha (primer día) y la fiesta de los panes sin levadura o ázimos (siete días siguientes). La Pascua era una de las tres grandes fiestas de peregrinación en las que todos los varones judíos debían ir a Jerusalén.  Las mujeres y los menores de edad no estaban obligados a tomar parte.
V.42 Doce años. A esta edad los niños varones adquirían la mayoría de edad y la condición de hijos de la Ley, quedando obligados al cumplimiento de la misma.
V.43 El niño Jesús. El término griego empleado es susceptible de las siguientes acepciones: hijo, niño, muchacho, joven, esclavo. En el contexto narrativo en que se halla parece preferible la acepción de hijo en la línea de muchacho o joven. No hay que olvidar que la mayoría de edad estaba en los doce años.
V.46 En el templo. El término está empleado no en el sentido restrictivo de santuario reservado a los solos sacerdotes, sino en el sentido global de espacios abiertos a todos sin exclusión, concretamente los diversos atrios exteriores, donde, entre otras actividades, tenía lugar la enseñanza pública de la Ley los sábados y los días de fiesta. Sentado (probablemente en el suelo), escuchando y haciendo preguntas a los maestros (probablemente sentados en un banco o de pie). Descripción perfecta del comportamiento de un alumno: escucha y luego pregunta. Maestros. Intérpretes de la Ley y de su aplicación a la vida diaria.
V.47 Estaban asombrados. En el sentido fuerte de estar fuera de sí de pasmo, de estupor: estaban estupefactos.
V.48 Quedaron atónitos. Nueva expresión fuerte en la línea de la anterior. Quedarse perplejos, sin explicación.
V.49 ¿Por qué me buscabais? La pregunta del joven Jesús no encierra tanto reproche a sus padres, cuanto sorpresa por su desconocimiento de dónde encontrarle. Yo debía estar. Primera aparición del uso impersonal del verbo deber referido no a una necesidad abstracta y fatídica, sino a la necesidad del designio salvador de Dios, de quien Jesús habla en términos de Padre.
V.51 Bajó con ellos y siguió bajo su autoridad. El segundo verbo subraya expresamente la continuidad en estar bajo la autoridad de sus padres por parte de Jesús.
Conservar en el corazón. Dar vueltas a un asunto en la cabeza, tratando de entender.
V.52 Gracia. Favor, aceptación, reconocimiento. Crecer en gracia ante Dios y los hombres. Tener el aprecio y el reconocimiento de Dios y de los hombres.           

b. Texto
Relato anclado en el recuerdo imborrable de María y de José el año de la mayoría de edad de su hijo Jesús. Recuerdo imborrable por lo desconcertante de un hecho que les desbordó por completo y que les angustió. La angustia no se recuerda si no es porque se ha pasado por ella. El evangelista resalta con fuerza en el v.48 el estado anímico de los padres de Jesús. ¡Hijo! ¿Por qué nos has tratado así? ¡Tu padre y yo te hemos estado buscando angustiados! María y José no tenían ninguna explicación para lo sucedido. No obstante su profunda raigambre religiosa, no podían imaginar que su hijo se quedara en el templo sin saberlo ellos. Reacción lógica y natural a nivel estrictamente familiar.
¿Por qué habéis estado buscándome? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre? Primeras palabras de Jesús recogidas por Lucas en su evangelio. En ellas aflora un nivel familiar distinto del habitual. El Padre del que Jesús habla es Dios y, para hablar de Dios, Jesús eligió el lugar adecuado (el templo) y el momento adecuado (su mayoría de edad). Las primeras palabras de Jesús expresan también con fuerza el misterio de su persona, de la que es inexacto decir que estuviera perdida en el templo. Jesús estaba en la propiedad de su Padre y, por tanto, en un nivel familiar de exigencia marcado por su Padre.    
¿Qué tiene de extraño que María y José se sintieran desbordados por su hijo? Lucas resalta también con fuerza en el versículo 50 este otro estado anímico: Ellos no comprendieron lo que quería decir. Reacción también lógica y natural ante el misterio divino.
¿Conflicto irresoluble entre el nivel familiar humano y el divino? Los versículos finales 51-52 apuntan a una respuesta en sentido armónico y complementario de ambos niveles. Jesús siguió bajo la autoridad de los padres. María fue desarrollando una actitud de reflexión buscando descubrir lo que Jesús era y significaba. El crecimiento de Jesús tuvo lugar en la familia. Bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Y los padres, a su vez, fueron creciendo en contacto creyente con el misterio de su hijo.

4. Meditación:
Indicaciones para nuestra vida
Dos realidades, la familiar natural y la familiar espiritual. Dos dimensiones, la trascendente y la inmanente. Ambas realidades, ambas dimensiones son necesarias y complementarias. Los cristianos tenemos un compromiso ineludible: ser familias sagradas.
Preguntas y cuestiones
La preocupación de muchos padres y madres por el momento crucial de sus hijos en lo educativo, profesional y en sus ambientes de ocio se manifiesta más en el miedo que en una actitud de esfuerzo educativo y de siembra de ilusiones y proyectos para el futuro. Dios está ausente hoy del corazón y de la cabeza de muchos de nuestros jóvenes. Si no les acercamos al encuentro con Él, se encontrarán sin bases profundas de confianza y esperanza para proyectar un futuro que les haga felices realmente. ¿No es el miedo lo que atenaza a muchos padres en la relación con sus hijos? ¿Cuántos prejuicios sacan los jóvenes en relación con Dios? La vida es dura, difícil siempre, apasionante también, pero requiere de fuerza interior que anime el camino ¿Cómo aguantarlo sin confianza, sin fe?.

5, Contemplación:
¡Que nuestra familia sea dichosa: ¡Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos!

6. Oración:
Nuestra gratitud, Señor, se manifiesta y expresa con espontaneidad cuando nos fijamos en todo lo que haces por nosotros, porque todo lo has pensado y dirigido para hacer posible nuestra vida rodeada de motivos de esperanza y de contemplación de tus maravillas.
Te agradecemos que Jesús sea tu palabra transmisora de tu imagen, de tu preocupación familiar y de tu promesa de no abandonarnos nunca mientras el mundo aguante. También nos traslada tu invitación a unirnos a tu esfuerzo por cambiar el corazón humano tan impermeable y duro, tan insensible al dolor de otros y tan ajeno a las situaciones que no ve cercanas.
Pero muchos responden con generosidad a tu llamada de solidaridad y a la semilla de amor fraterno que has puesto y cultivas en el fondo de nuestros sentimientos. Con el crecimiento de esa semilla, bien alimentada en nuestras celebraciones haremos que algún día la sonrisa de los niños sea total y el plato de los pobres esté bien surtido.

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