jueves, 19 de febrero de 2015

MES DE PREPARATIVOS RELIGIOSOS Y SOCIALES


Mediado ya el mes de febrero nos acercamos un poco más a la primavera y a la Semana Santa, Semana Mayor para los cristianos, así como también a las celebraciones de las distintas Fiestas de los Titulares de las Cofradías, que ordenadamente se suceden desde tiempo inmemorial, siguiendo una tradición de muchos años. Fiestas, en las que, además de honrar a sus Titulares, los Cofrades tienen la ocasión de acercarse a los Sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía, al menos una vez al año.


La chavalería y la juventud especialmente se van preparando con ensayos y más ensayos de las bandas de tambores y trompetas; las madres, esposas y abuelas van desempolvando las túnicas, sayones y capas o van ya confeccionando las nuevas para los que se incorporan por vez primera a los desfiles; los responsables van dando lustre a tronos, imágenes y atributos para que todo esté impoluto el día de su desfile procesional; toda la población cofradiera de cualquier ciudad española, en fin, vive con todos estos preparativos su particular, callada y laboriosa Semana Santa, que no se reduce solamente a la salida en procesión el día que su Hermandad hace estación de penitencia por las calles de la Ciudad.

Pero también febrero nos acerca un poco más a otra realidad social y política, tan importante como la religiosa: las elecciones municipales, autonómicas y un poco más tarde las generales de la nación.

Y como de preparativos hablamos, ante este momento clave de la vida social yo me pregunto y pregunto a los responsables de elaborar las listas electorales: ¿Han sido elegidas y designadas, para conformar tales listas, las personas más idóneas por su preparación, ejemplaridad de vida y comportamiento, por su claridad de ideas y espíritu de servicio, para desempeñar la función política y la búsqueda del bien común, y no del propio, que todo político debe buscar? ¿Tienen tales personas la experiencia necesaria para el desempeño de las funciones que la política y el puesto a ocupar exigen? ¿A cualquier afiliado o simpatizante se le puede ofrecer un puesto de responsabilidad, como pago por los servicios prestados, por amiguismo o como compensación por cualquier otro motivo distinto al de su valía? Ahí quedan en el aire y cada cual las responda. ¡Servir en política y para la política es una misión muy noble, delicada, de mucha responsabilidad y trascendencia, como para tomárselo a la ligera y para que sirva de compensación por favores recibidos!


Fernando Gámez de la Blanca.-

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