En los orígenes
de casi todas las Hermandades y Cofradías de Semana Santa jugaron un
papel importante los gremios de trabajadores de diversas profesiones
de cada una de las Ciudades y pueblos en las que éstas realizan sus
desfiles procesionales, así como también la fidelidad tradicional
de muchas familias en la devoción a una Virgen o a un Cristo
determinados en un momento de la Pasión, Muerte y Resurrección.
Y es que en la familia,
con las personas de su entorno más cercano, reside la primera
sociedad del bienestar, la primera escuela que educa, el ambiente más
propicio para el desarrollo integral de una personalidad, la primera
iglesia doméstica, el hogar cálido y comprensivo donde todo tiene
solución y todo se perdona, la cuna de todos los valores y
virtudes, de todo lo bueno que las personas tienen que aprender en la
vida, para ser válidas en la sociedad y en el mundo en general.
Todo lo que digamos de la familia es poco, cuando se trata de una
verdadera familia estructurada y amorosa, que unida, forme una piña
para afrontar lo que se presente en el ámbito social, económico,
cultural, religioso o moral.
Por eso, en estas fechas
próximas, en las que nos acercamos a diversas convocatorias
electorales, a los cofrades cristianos de verdad nos debe preocupar y
mucho lo que los Partidos lleven en sus programas con referencia a la
Familia, a la Vida, por ser el don más preciado que ésta engendra
en su seno, a la Educación, a la Mujer y a la Juventud, como temas y
asuntos de vital importancia para nuestra cansada Sociedad, falta de
valores y sobrada de intereses sólo económicos, muchas veces
conseguidos a costa del empobrecimiento de los demás.
A una Familia Cristiana y
Cofrade le deben preocupar muy mucho asuntos como estos:
Que haya un plan
integral de apoyo para todas las familias.
Que se proteja la maternidad con medidas de
ayudas a las embarazadas, especialmente a las que trabajan fuera del
hogar y a las que se encuentran en situaciones de dificultad.
Que se impulsen redes de apoyo a la
maternidad no querida. Que se
proteja la vida del no nacido y del ya anciano desde su comienzo
hasta su fin natural.
Que se
reconozca y se haga efectivo un plan de ayuda digno y generoso a la
natalidad.
Que se ofrezcan unas ayudas proporcionadas al estudio para los
económicamente débiles.
Que se haga
efectiva una conciliación eficaz de la vida laboral con la vida en
familia.
Que se ayude con más eficacia a las familias
numerosas y a las que cuidan de sus mayores y de familiares
discapacitados….
Todo lo que redunde para
el bien material y religioso de nuestras familias, bien venido sea y
por ello tenemos que luchar y trabajar desde los distintos sectores
de la sociedad, porque hoy todo el mundo admite que la familia es la
primera y más importante célula de la misma; que en la familia
radica el futuro del Mundo en que vivimos, porque la Sociedad y el
Mundo serán como las Familias sean.
¡Luchemos por nuestras
Familias, para que esta Institución humana jamás haga dejación de
sus funciones y del papel trascendental que tiene en la Sociedad!
Semana Santa de 2015.-
Fernando Gámez de la
Blanca.-
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