sábado, 1 de noviembre de 2014

Lectio Divina domingo XXXI T. O. Ciclo A












Señor, ayúdame a darme cuenta de que muchas veces me preocupo de cosas sin importancia,
y me olvido de corresponder a tu amor.
Señor, que mi fe se manifieste en actos concretos de amor a Ti y a los demás. 
Que mi vida sea amarte sirviendo a los demás.
Dame tu gracia para que deje de lado todo deseo de aparecer y vanidad.






TEXTO BÍBLICO Mt. 23. 1-12

Invectivas contra los fariseos y exhortación escatológica

Entonces Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.

Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame rabbí.

Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar rabbí, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.

No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».



Jesús reprocha la incoherencia, la falta de correspondencia de las autoridades religiosas entre lo que dicen y enseñan y lo que hacen o practican. La enseñanza va por un lado y su vida, por otro.

Son estrictos y exigentes para los demás y laxos y condescendientes consigo mismo. Atan cargas pesadas sobre los demás…; pero ellos no mueven ni un solo dedo para llevarlas.

Todo lo hacen para que la gente les vea y los alabe. Les gustan los primeros puestos y que les llamen: maestro, padre y jefe.

Jesús contrapone su estilo al de los escribas y fariseos. En la comunidad de los discípulos de Jesús todos somos hermanos. Sólo Dios es el Padre. Sólo Jesús es el único Maestro. En esta comunidad todos formamos una fraternidad, una familia de hermanos con un Padre común.

Una comunidad de servicio. La única autoridad es la atención y el servicio al otro. El que quiera ser el primero, que sea esclavo de todos. El distintivo es: servir. Y servir por amor. Una comunidad centrada en Cristo. Él es el único Maestro, porque es el camino, la verdad y la vida. 






…no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.” El Señor es tajante a la hora de plantear lo que es seguirle y vivir sus enseñanzas. Ante esto, ¿de que manera buscas vivir lo que crees? ¿Qué relación existe entre lo que conoces del Señor y tu manera de ser? ¿Puedes decir que tu vida habla de tu fe, que se nota lo que crees por tu manera de actuar? ¿En qué, cómo?

“Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros…” ¿Sientes el seguimiento de Jesús como un proyecto donde Dios te invita a participar? ¿Te esfuerzas en hacer de tu vida una búsqueda sincera de Dios, que se manifiesta en tu relación con los demás?
“…les gustan los primeros puestos…” Los fariseos sustituían a Dios en sus vidas colocándose ellos en el centro, tenían a Dios como sirvientes de ellos mismos. Esto puede repetirse hoy en ti cuando vives una fe solo de apariencias, cuando finges ser una cosa y eres otra. ¿De qué manera buscas vivir en fidelidad y autenticidad lo que el Señor te pide?
“El primero entre vosotros será vuestro servidor”. Lo importante es vivir
sirviendo, ayudando, estando cerca del que lo necesita. ¿Qué estás haciendo respecto del servir a los demás? ¿Ayudas de acuerdo a tus posibilidades o te preocupas más de ti mismo que de los demás? ¿Es proporcional lo que gastas por darte “gustos” y lo que ayudas?, ¿están en el mismo nivel, o uno es más que otro?





Ayúdanos Señor,
A vivir con actitud y disposición de buscarte y buscar el bien de los que me rodean.

A ser sensible y solidario con los que más necesitan, con los que están solos, con los que no tienen trabajo, pasan hambre…

A mantener una actitud de olvido de mi mismo, de desprendimiento y entrega, sirviendo y amando como Tú lo has hecho.







Contempla como es el camino de seguimiento a Jesús: abajamiento, humildad, servicio… Si un deseo te lleva por este camino, es de Jesús. Pero si te lleva a la suficiencia, al orgullo, a la vanidad… no es el camino de Jesús. ¿En que camino te encuentras? 

Jesús nos abre una línea desbordante de misericordia:

Búsqueda de la transparencia, de la autenticidad…

Búsqueda de la fraternidad con el débil…

Búsqueda de la vida escondida sólo en Dios…

Búsqueda de un servicio amoroso y sencillo lleno de misericordia…

Interioriza ante el Señor este pensamiento de Santa Teresa: “El humilde se contenta con lo que le toca: si se trata de servir, sirve, si le toca trabajar fuerte, lo hace y si le dan regalos (contemplación) con admiración y agradecimiento los recibe, aunque piensa que no le corresponden. Todas sus acciones y pensamientos le parecen insignificantes para tan gran Señor”





Jesús nos avisa de que aparentando lo que no somos no podemos seguirle. Acepta tu realidad y vívela de cara a Dios, de cara a los hermanos y de cara a ti mismo.
Analiza qué importancia tienen en tu vida “los pequeños”, si pasa por ellos tu encuentro con Dios, si tienen preferencia en tus opciones diarias, si están integrados en tu vida…
Lleva a tu oración estas palabras del Papa Francisco: Jesús “nos llama a dar testimonio en nuestra vida de la humildad, la sencillez y el espíritu de servicio que nos ha enseñado”.
Presenta al Señor en tu oración estas palabras de Pablo VI, recientemente beatificado: “…os exhortamos a no poner vuestra confianza en la violencia ni en la revolución; tal actitud es contraria al espíritu cristiano y puede retardar y no favorecer la elevación social…”


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