viernes, 16 de marzo de 2012

PADRES Y ADMINISTRACIÓN

PADRES y ADMINISTRACIÓN



Por afinidad profesional a la raíz del caso y por mi condición de padre quiero manifestar mi opinión sobre lo referente al “affaire” de unos padres jiennenses, paisanos míos, y su adolescente hija, que tanto se ha comentado desde hace días y aún colea en algunos Medios de comunicación, por la polémica suscitada; los más posicionándose a favor de los padres, otros a favor de la Administración y de las medidas tomadas en el asunto, con las consecuencias lamentables de la ausencia de la menor durante horas del Centro de acogida en el que fue internada.

A veces con la supuesta sana intención de ayudar o sacar de una situación irregular a alguien, y más aún si es una persona menor, se cometen errores de imprevisibles consecuencias, si esa ayuda que se presta a tal menor no viene acompañada de la prudencia y de la información exhaustiva que tal decisión conlleva; a no ser que hubiera por medio torcidas intenciones que entonces darían al asunto unos tintes de maldad y de abuso, que yo me atrevería a calificar de “pederastia psicológica”, por lo que de retorcido, injusto y abusivo llevaría tal intromisión y tal denuncia en la vida y las relaciones de los padres con sus hijos e hijas, y sobre todo por la intromisión en las funciones educativas que corresponden por naturaleza y ley en primer lugar a los padres, debiendo solamente ser subsidiados en tales funciones por los Poderes públicos y por la Administración política, los cuales me da la impresión, y así me lo ha parecido en este caso que nos ocupa, que han procedido con un protagonismo excesivo, tal vez confundidos por el o los denunciantes, poco informados de la realidad de los hechos.

Ocupemos cada uno nuestro puesto en la Sociedad, sin querer usurpar el del vecino; y la Administración y los Poderes públicos subsidien, ayuden, promuevan el bien común de todos, sin intromisiones ni funciones paternalistas que no les incumben, dando amplio margen de actuación en temas educativos a los progenitores, que, sin lugar a dudas y salvo raras excepciones, quieren más a sus vástagos que el “papá estado”, tantas veces equivocado cuando se implica y hasta se prodiga en funciones que exceden o desvirtúan sus competencias.
¡Hay que tener un profundo respeto a la intimidad y a la privacidad de las personas y también de las familias!

¿Qué hubiera pasado si la adolescente en cuestión no hubiera aparecido aún o aparece vejada, herida o muerta, tras la desaparición del lugar de tutela al que se la había enviado?
¿Qué mal hacen los padres que aplican algún que otro castigo o cualquier otro tipo de correctivo, no corporal ni violento por supuesto, de vez en cuando a sus hijos o hijas?
¿No estaremos entrando en una dinámica peligrosa por parte de la Administración, cuando con un excesivo y progresista celo quiere usurpar con los hijos el puesto que natural, legítima y tradicionalmente corresponde a los padres?
¿A los hijos sólo se les educa y se les enseñan sus derechos y no sus deberes? ¿Y los valores de disciplina, orden, esfuerzo, sacrificio, obediencia, respeto…., para cuándo ponerlos en práctica?
Y ya concluyo mi batería de interrogantes, ¿cuándo algunos Medios dejarán la comunicación llamativa y que vende y harán un periodismo veraz, contrastado, sensato y sereno, exento de sensacionalismos, que a nada conducen sino a tener que desdecirse de lo que con precipitación y arrebatos comunicativos han dicho sin fundamento?
¡Eso si tienen la valentía y la humildad de saber rectificar, cuando yerran; que muy pocos lo hacen!

Hagamos todos un notable esfuerzo para defender y valorar en su justa medida la labor de los padres y así las familias seguirán siendo ese fuerte bastión que la Sociedad actual necesita para no desintegrarse y cumplir la misión pacífica y feliz que el mundo reclama.




Fernando Gámez de la Blanca. Úbeda 16/03/2012.-

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