martes, 8 de noviembre de 2011

ELECCIONES GENERALES

Ya estamos inmersos desde hace tiempo en la campaña electoral que antecede a las Elecciones Generales, puesto que en la intensa precampaña habida, con tantas actuaciones públicas de los partidos y de sus candidatos, nos hemos empapado bien de propuestas, descalificaciones y otras lindezas que llevan aparejadas las interminables campañas electorales españolas, de tal manera que cuando ya estamos inmersos en la “campaña oficial”, nos encontramos exhaustos y creo que un tanto indiferentes a los mensajes que nos llegan, salvo las sorpresas de última hora que cada formación política se pueda sacar de la manga.
¡Cuánto gasto innecesario y, yo diría más, cuánto derroche impropio de tiempos de crisis, el que se destina a campañas en las que generalmente poco se consigue! Porque ¿quién no tiene ya a estas alturas decidido su voto? Bien sea para uno u otro partido, bien sea para la abstención, el voto en blanco o el voto nulo, que en ocasiones se emite conscientemente, aunque con estas últimas formas de votar o no votar yo no estoy de acuerdo. Para exigir y hasta criticar, hay que votar.
Además algo que me subleva un tanto, no sólo a mí sino a muchas personas, es las “formas” poco elegantes y muchas veces incorrectas, ofensivas y hasta denigrantes que algunos políticos usan y hasta abusan, para buscar votos y credibilidad entre los ciudadanos. Votos y credibilidad que no les va a llegar por el procedimiento poco ético que usan para conseguir tales votos.
Y si es en lo que respecta a la veracidad de lo que dicen, no llego a comprender la facilidad con que unos y otros se hacen depositarios de la verdad, de la verdad total y absoluta, que cada uno dice poseer, tachando por lo mismo a sus oponentes de mentirosos, falsos o lesionadores del honor. Siguen sin enterarse de que las “medias verdades” o las “mentiras didácticas” son fáciles de descubrir y que a los ciudadanos no se les engaña tan fácilmente, porque tienen mil y un recursos para acceder a la verdad de cada asunto a través de innumerables cauces, pues aún están de actualidad las sabias lecciones del refranero español que dice al respecto que “antes se coge a un mentiroso que a un cojo”.
¿Tanto trabajo cuesta exponer cada cual su programa, sus propuestas, las soluciones a los problemas acuciantes y de actualidad, sin ofenderse, sin atacar despiadadamente al oponente, sin acudir a oscuros fantasmas del pasado, sin amedrentar a la gente? Hay que ofertar con claridad y calidad lo que cada uno piensa, quiere y sabe realizar. Luego los ciudadanos, el pueblo soberano, que decida con su participación a través del voto depositado en las urnas.
Señoras y señores políticos a luchar en buena lid por sus programas y sus propuestas, para que solucionen los problemas actuales y futuros de España; pero con “buenas formas”, con clase, con estilo, con verdades y realidades para que les escuchemos, les votemos y no nos aburramos, “pasando” de ustedes, que, no me cabe la menor duda, son valientes, honrados, más aún en los tiempos que corren poco halagüeños, y sinceramente creo que están deseando arreglar la situación actual, mientras no se demuestre lo contrario.
¡Suerte a todos los políticos, que es desearla para la gente en general, y que piensen y actúen ustedes para conseguir el Bien Común, antes que el propio; así tendrán la credibilidad y confianza de las personas!
Les desea lo mejor un ciudadano esperanzado en que esto tiene arreglo, si ustedes actúan con principios y “todos empujamos al carro”.


Fernando Gámez de la Blanca. 7 de Noviembre de 2011.-

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