Permitidnos que iniciemos este nuevo curso escolar explicándoos un cuento, que es una adaptación de un poema de R. Tagore.
“Había un vez un matrimonio pobre que se quería mucho. Ella hilaba frente a la puerta de su barraca y todo el que pasaba quedaba seducido por la hermosura de sus cabellos: abundantes, negros, largos, brillantes,...
El iba cada día al mercado a vender algunas verduras. Mientras esperaba a los compradores, se sentaba a la sombra de un árbol, sujetando entre sus dientes una pipa vacía. No le llegaba el dinero para poderse comprar tabaco.
Se acercaba el día de su aniversario de boda y ella no dejaba de preguntarse qué podría regalarle a su esposo. Y, además, ¿con qué dinero?. De pronto, una idea cruzó su mente. Sólo de pensarlo sintió un escalofrío. Pero cuando tomó la decisión todo su ser se estremeció de alegría: vendería su cabello para comprarle tabaco.
Ya se imaginaba a su marido sentado frente a la parada de verduras dando largas caladas de humo a su pipa, con todo el aspecto y la solemnidad de un auténtico comerciante.
Por su cabello sólo obtuvo unas cuantas monedas, y con ellas eligió un paquete del tabaco más fino que pudo comprar. La felicidad que sentía le compensaba con creces el sacrificio que había hecho al vender su hermosa cabellera.
Al atardecer su marido volvió del mercado. Venia cantando por el camino. En su mano llevaba un pequeño paquete envuelto de regalo: era un bonito peine que acababa de comprar para su esposa, después de haber vendido su pipa.”
Cuando leímos este cuento nos hizo reflexionar sobre el verdadero significado del amor y la felicidad. No existe mayor felicidad que la que se experimenta cuando somos capaces de renunciar a aquello que es lo más preciado para nosotros por amor al otro. Este puede ser nuestro esposo o esposa, como sucede en el cuento de R. Tagore, o nuestros hijos, padres, cualquier otra persona de nuestro entorno cotidiano.
Amar es dar y darse con entrega y generosidad sinceras. Si somos capaces de entenderlo así y ponerlo en práctica será muy difícil que fracasemos en el amor. Esto repercute directamente en nuestros hijos: saber que tienen unos padres que se aman y los aman es un gran tesoro para ellos.
La mejor herencia que podemos dejarles es amarlos y enseñarles a amar sin condiciones. Nos aseguramos que seran felices y sabrán hacer felices a quienes estén a su lado.
Que seamos capaces de hacer esta donación generosa con alegría, sin sentirnos obligados a ello, de lo contrario pierde su sentido, su significado y no hace feliz ni al que da ni al que recibe.
El amor incondicional que recibimos de los demás nos da la fuerza para superar cualquier situación por difícil o complicada que sea, para asumir retos y compromisos. Porque el amor nos impulsa a dar lo mejor de nosotros mismos y nos hace capaces de poner al servicio del prójimo nuestros talentos más ocultos.
Aprovechamos este espacio para transmitiros nuestra estimación a todos los que nos leéis y conocéis y daros las gracias porque también nosotros nos sentimos muy queridos. Vuestras muestras de afecto y cariño nos animan a seguir adelante con nuestro compromiso en la ASC y en Movimiento de HDB.
Chema y Anabel
Matrimonio Coordinador Nacional
De Hogares Don Bosco
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