LEVANTADO EN ALTO
Exaltación de la Santa Cruz
14 de septiembre de 2014
Hoy se interrumpe la
lectura continua con motivo de la fiesta que conmemora la
recuperación de la cruz de las
manos de los persas
y su devolución a Jerusalén por obra del emperador Heraclio. Pero,
más allá de esa
evocación
histórica, esta fiesta nos invita a preguntarnos qué papel juega la
cruz en nuestras vidas.
- La cruz material es discutida como nunca. Es destruida en China y en los países musulmanes. Pero también en los países democráticos se la retira de los lugares públicos, para no ofender a los miembros de otras religiones o porque también a los cristianos nos recuerda una vida y una fe de la que hemos apostatado en la práctica.
- Por otra parte, están las otras cruces. Esas que no aceptamos con serenidad, mientras que las cargamos sin piedad sobre los hombros de los demás. Las cruces de la enfermedad y el desempleo, del hambre y la marginación, del desprecio y el abandono, de la miseria y la guerra, de la violencia y el despojo. La cruz de la fragilidad, que preocupa al Papa Francisco.
MIRAR Y CREER
El evangelio de hoy
nos recuerda la conversación de Jesús con Nicodemo (Jn 3, 13-17).
El magistrado judío
era un admirador de
Jesús y un discípulo clandestino que lo visitaba en el corazón de
la noche.
Su saludo es ya una
verdadera profesión de fe: “Rabbí, sabemos que has venido de
Dios como Maestro,
porque nadie puede
realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él”.
Jesús le explica su propia
misión empleando
términos espaciales: Él ha bajado del cielo y al cielo habrá de
subir.
Para explicarlo,
Jesús evoca la imagen de la serpiente que aparece en el libro de los
Números (21, 4-9). Con
motivo de una plaga
de víboras, Moisés fabricó una serpiente y la hizo colocar en un
mástil izado en
medio del
campamento israelita. Los que volvían sus ojos hacia aquel amuleto
se veían libres de las
mordeduras de las
víboras.
Aquel recuerdo
legendario retorna en los labios de Jesús. También él habrá de
ser levantado en alto. Para
alcanzar la
salvación habrá que volver la vista a Jesucristo, levantado en alto
sobre la cruz. Mirarle a Él equivale
a creer en Él y
aceptarlo como Salvador.
EL ÁRBOL Y EL FRUTO
En el contexto del
diálogo de Jesús con Nicodemo, queda clara la fe de una comunidad
que acepta a Jesús
como su Señor.
• “Tiene que ser
levantado el Hijo del hombre”. Levantado sobre los intereses
humanos, Jesús reina por su
limpieza. Levantado
por encima de las expectativas del tener, del poder o del placer, él
se convierte en fuente
de limpia
esperanza. Levantado en la cruz, él es el signo de la salvación y
de la nueva alianza que Dios
ofrece a la
humanidad
• “Para que todo
el que crea tenga por él vida eterna”. Este árbol único en
nobleza produce los mejores frutos.
El poste vertical se
convierte en cruz al encontrarse con el travesaño horizontal. La
vida eterna es don que viene
de lo alto, pero
espera la acogida de los que hacen de la fe un camino y una
convicción, un talante y una entrega.
- Señor Jesús, hoy nos volvemos hacia ti, repitiendo con la liturgia de este día: “Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque con tu cruz has redimido al mundo”. Amén.
José-Román
Flecha Andrés
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