Así de
sencillo y cercano es el Papa.
Es una
oración suya que enseñaba en la
Catedral de Buenos Aires a sus feligreses,
UNA ORACIÓN
EN CADA DEDO.
1. El pulgar es el más cercano a ti.
Así que, empieza orando por quienes
están más cerca de ti. Son las personas más fáciles de recordar. Orar por
nuestros seres queridos es "una dulce obligación".
2. El siguiente dedo es el índice.
Ora, por quienes enseñan, instruyen
y sanan. Esto incluye a los maestros, profesores, médicos y sacerdotes. Ellos
necesitan apoyo y sabiduría para indicar la dirección correcta a los demás.
Tenlos siempre presentes en tus oraciones.
3. El siguiente dedo es el más alto.
Nos recuerda a nuestros líderes. Ora
por el presidente, los congresistas, los empresarios, y los gerentes. Estas
personas dirigen los destinos de nuestra patria y guían a la opinión pública.
Necesitan la guía de Dios.
4. El cuarto dedo es nuestro dedo anular.
Aunque a muchos les sorprenda, es
nuestro dedo más débil, como te lo puede decir cualquier profesor de piano.
Debe recordarnos orar por los más débiles, con muchos problemas o postrados por
las enfermedades. Necesitan tus oraciones de día y de noche. Nunca será lo que ores por ellos. También debe
invitarnos a orar por los matrimonios.
5. Y por último está nuestro dedo meñique,
El más pequeño de todos los dedos,
que es como debemos vernos ante Dios y los demás. Como dice la Biblia "los últimos
serán los primeros". Tu meñique debe recordarte orar por ti. Cuando ya
hayas orado por los otros cuatro grupos, verás tus propias necesidades en la
perspectiva correcta, y podrás orar mejor por las tuyas.
¡Bonita y
didáctica forma de orar cada día por las necesidades de todo el mundo!

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