martes, 13 de noviembre de 2012


SANTIDAD SALESIANA          
                                                                                                       

                    
   Envía Miguel Aragón, sdb
                                
                           SANTORAL FAMILIA SALESIANA NOVIEMBRE  


                                   
DÍA 13 Beato Artémides Zatti           /             DÍA 15 Beata Magdalena Morano 
                                          DÍA 25 Venerable Mamá Margarita

       
BEATO ARTÉMIDES ZATTI   (1880-1951)
A los 16 años emigró desde Italia con su familia a Bahía Blanca (Argentina). En Viedma, adonde fue a reponerse de una tuberculosis, descubrió su vocación de salesiano laico o coadjutor gracia que atribuyó a María Auxiliadora. Durante 40 años  fue el padre de  pobres y enfermos. Fue beatificado por Juan Pablo II en abril de 2002  junto al  salesiano Luis Variara y a la Hija de María Auxiliadora, María Romero.

    PERFIL ESPIRITUAL
 Su cuñada, Augusta Borettini, así  describe con sencillez los rasgos más característicos de su espiritualidad. “Siempre fue piadoso, alegre y trabajador” . Artémides mismo nos marca las líneas de fuerza de su espiritualidad a través de tres frases escritas de su puño y letra en   diciembre de 1931, en el librito de sus Constituciones “Camina en mi presencia  y serás perfecto”, “Servir al Señor con alegría” y,“El hombre obediente cantará victoria”. Su espiritualidad se apoyaba en la vivencia extraordinaria de las cosas ordinarias de cada día. Don Juan E. Vecchi,  pariente de Artémides, lo define como “una personalidad armónica, unificada y serena, abierta al misterio de Dios vivido en lo cotidiano”.
El esfuerzo por ser santo, oculto bajo una gran sencillez y humildad, era el motor de su vida. En un apunte  suyo, de enero de 1949, escribe: “He de procurar hacer todo lo que puedo a Gloria de Dios y bien de mi alma, para no ser lo que he sido y ser lo que debo ser, es decir santo salesiano”.
.El Vicario General de la Congregación Salesiana,don Pedro Berruti, después de su visita a Viedma en 1933, dejó  escrito : “Zatti es un santo hermano, que se multiplica con heroico espíritu de sacrificio; en el Hospital él lo es todo, y tanto los médicos como los enfermos lo respetan, le obedecen y lo veneran”. Tenía una visión sacramental de las personas, por eso veía a Cristo en los enfermos y pobres.

Para Artémides  toda persona era digna de respeto y hasta de veneración. por el solo hecho de ser criatura de Dios, hecho a su  “imagen y semejanza”. Escribe el P. Entraigas en su biografía: “Recibía  a los musulmanes que llegaban al hospital, a los protestantes y a los ateos… Recuerda Mons. Carlos M. Pérez que cuando necesitaba ropa para alguno de sus pacientes, le decía a sus bienhechores: “Dame ropa para un Jesús viejito”, o “Dame ropa para un Jesús de 12 años” . Cuando no había camas disponibles, el santo enfermero cedía la suya. Y si alguien moría y no había lugar en el mortuorio, para no impresionar a los compañeros de dormitorio, Artémides lo depositaba también en su lecho.


BEATA MAGDALENA MORANO
UN RETO PARA LA CATEQUESIS, HOY (1847-1910).


Nació en Chieri, cerca de Turín,  Para sacar la familia adelante a la muerte de su madre, sacó el certificado de maestra en cuyo ejercicio mostró sus buenas dotes pedagógicas.  Se encuentra con Don Bosco que le envía a Mornese con Madre Mazzarello, la Superiora del joven Instituto Hijas de María Auxiliadora, donde encontró y maduró su vocación. Desde 1881 Sicilia fue el campo de su apostolado salesiano hasta su muerte. Ocupó cargos de responsabilidad fundando en la isla escuelas, oratorios, residencias, y talleres. En Catania fundó  las escuelas de catequesis y una residencia para jóvenes estudiantes de magisterio. El Arzobispo de Catania y los obispos le encomendaron la coordinación de las catequesis de la isla. Además de guapa era mujer de gran corazón y emprendedora.  Don Rua le decía:”Puede ser usted alcalde de la ciudad  y hasta ministro”.
El secreto de su vida era Dios como dijo Juan Pablo II cuando la beatificó en Catania en  1994: ”Vive en Dios y Dios vive en ella para siempre”.
En el Año de la Fe, a los cincuenta años de l Concilio Vaticano II y veinte años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, la catequesis nos interroga. La Nueva Evangelización  nos urge a salir al encuentro de las  familias y del desarrollo de la fe para una sólida iniciación cristiana. El testimonio manifiesto de la Beata Magdalena Morano se convierte para nosotros en fuerte estímulo y en confiada intercesión. Ella nos dice: “Solo el que ama educa, enseña, guía amorosamente a sus educandos”.




VENERABLE MARGARITA OCCHIENA, MADRE DE DON BOSCO. “ Mamá Margarita”, familiarmente (1788-1856)


Margarita Occhiena, fue declarada Venerable por el Papa BenedictoXVI. Se cumplían 150 años de su muerte, el 25 de noviembre de 1856   Un  acontecimiento que llenó de alegría a la Familia Salesiana. Decía el decreto pontificio:  “Consta que la Sierva de Dios Margarita Occhiena,  viuda de Fco Bosco, madre de familia, ha ejercitado heroicamente las virtudes teologales de la Fe, de la Esperanza y de la Caridad, tanto hacia Dios como hacia el prójimo, así como las virtudes cardinales de la Prudencia, Justicia y Templanza, y otras virtudes anexas a éstas”.                                                                                                                “Mujer fuerte, de ideas claras, de fe recia”, es un buen perfil de mamá Margarita.  A la edad  de 58 años decide dejar la tranquilidad en su pueblo y seguir a su hijo Juan Bosco “en su misión entre los muchachos pobres y abandonados de Turín.    Aquí,  durante diez años, madre e hijo unieron sus vidas con los inicios de la Congregación Salesiana. Ella fue la primera y principal cooperadora de don Bosco y, con su amabilidad hecha vida, aportó su presencia maternal y femenina al Sistema Preventivo”,  el  día de su muerte, 25 de noviembre, ha sido elegido para ofrecer en todas las casas salesianas del mundo una misa por los padres difuntos de los salesianos. Un 25 de noviembre murió también en 1951 el IV Sucesor de don Bosco, don Pedro Ricaldone, de feliz memoria.

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