domingo, 27 de octubre de 2013

HUELGAS Y MANIFESTACIONES

                                          



 Con motivo de la pasada huelga en la enseñanza, un entrañable amigo, colaborador asiduo con los Medios escritos a nivel autonómico, me enviaba su última colaboración, que comparto con él y no voy a reseñar aquí por economía de tiempo y espacio, y la acompañaba de este comentario:
“Como habréis podido ver en algunos Medios, se han perdido todos los principios en la enseñanza en  nuestro país. Una vez más, en la Facultad de Ciencias de la Información, se han interrumpido las clases. Si alguno de vosotros conoce estas instalaciones, habrá visto pintadas por pasillos, por los exteriores de la Facultad…, amén de personas fumando todo tipo de drogas, y "estudiantes" tirados por los suelos, reclamando una beca”.

A lo que le he contestado así: “Siempre he sido, estimado amigo, un enemigo visceral de las huelgas, porque creo que con ellas no se arregla nada. No descarto, no obstante, su legitimidad; pero no estoy de acuerdo en su uso frecuente, injustificado, precipitado y menos el abuso que de este "instrumento democrático" hacen muchos, que no viven más que para incordiar, manifestarse, estar siempre en contra de..., y más aún si es una persona o un partido de derechas el que gobierna. Nunca estos personajillos extremistas, jaleados por los "progres" y apoyados por un aparato programado, nunca, repito, hacen "huelgas a la japonesa", es decir trabajar más, echar más horas, esforzarse más...

¡Cuánto pillo, pícaro y subsidiado hay en esta nuestra querida España!, que por otra parte son listos, pero que muy listos; pero usan esa inteligencia para no dar golpe en vez de para progresar, innovar, crear, avanzar y ofrecer soluciones y un futuro mejor para todos. En fin, mal vamos si nuestros estudiantes y jóvenes, futuro de la humanidad, no se "aprietan los machos", rechinan los dientes, trabajan, sufren, se esfuerzan para que siendo ellos cada día mejores y estando más preparados, la sociedad y el mundo sean mejores”. Hasta aquí mi contestación al correo de mi amigo.


Hoy en esta colaboración para Radio Úbeda me ratifico en lo expresado a mi amigo y aclaro un poco más, porque creo que manifestarse, hablar, protestar, disentir y acciones por el estilo son legítimas y están amparadas por nuestra Constitución; y que yo las resumo así: hay que manifestarse pacíficamente, ordenadamente, civilizadamente, sin coacciones ni piquetes violentos, cuantas veces sean necesarias, pues es una forma de participación democrática en la vida de la sociedad; pero huelgas paralizadoras y manifestaciones salvajes, violentas, con destrozos de mobiliario urbano, vehículos, comercios y todo lo que se ponga a mano de los violentos, amén de coacciones y piquetes prohibitivos, programados por personas con intereses ajenos a la esencia de lo que se pide en la manifestación o la huelga, NO, con eso nunca estaré de acuerdo, ni creo que lo están las personas de bien y civilizadas.
No lleva más razón el que más grita, ni el que más violenta las situaciones con su desafortunado comportamiento.

Concluyo invitando a los jóvenes, a nuestra querida juventud, a nuestros estudiantes, futuro del bienestar y del progreso de la Sociedad y del Mundo, a que no se dejen manipular, que atiendan a la voz de la experiencia, que piensen, reflexionen y actúen dentro de unas coordenadas de respeto e inteligencia, perfectamente informados de qué piden, por qué protestan y se manifiestan, sin lanzarse a las calles sólo cuando gobiernan unos partidos y no otros, porque entonces su protesta es algo sospechosa.

                                                              

Fernando Gámez de la Blanca.-





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